Término con el cual se suele indicar el conjunto de teorías y experiencias que caracterizaron, en el período de entreguerras, la evolución de la práctica arquitectónica. La revolución industrial había introducido en la arquitectura, dos novedades: la necesidad de usar los nuevos materiales y la concentración de los establecimientos productivos. Mientras la burguesía identificaba el progreso con la producción industrial. La producción industrial del hierro ofrece a la arquitectura nuevas posibilidades al permitir la producción de elementos prefabricados en el último cuarto de siglo XVIII, puente sobre el río Severn de J. Willanson (1775-79). Junto a las fábricas y a las viviendas anexas se multiplican. Las estaciones ferroviarias, los mercados cubiertos, los teatros, etc., se convierten en los nuevos "monumentos" de las ciudades. La expresión de las crecientes necesidades del poder económico son las exposiciones internacionales como la de Londres de 1851, para la cual J. Paxton realizó con elementos prefabricados el esqueleto del palacio cubriéndolo con placas de vidrio: es el famoso Palacio de Cristal. Junto a la famosa torre de 300 metros proyectada por G. Eiffel 1889, recordemos la Galerie des Machines y el Magazin au Bon Marché (1876). El fuerte desarrollo autónomo de la ingeniería relegó a las academias de arquitectura al papel de escuela para decoradores. Es significativo que la revolución del lenguaje de la arquitectura, es decir el modernismo, se haya iniciado en Bélgica, uno de los países europeos más industrializados. Contemporáneamente al desarrollo del modernismo se verificaron otros episodios decisivos para el nacimiento de la arquitectura moderna. La experiencias de Perret con cemento armado y el vanguardismo de Gamier representaron momentos decisivos en la constitución de este Movimiento. En los Estados Unidos, resultó decisiva la experiencia de la Escuela de Chicago con la obra genial de F. L. Wright. En 1919 W. Gropius fundó en Weimer la Bauhaus que asumió la herencia del internacionalismo cultural de las vanguardias. Gropius dirigió todo el trabajo de proyectar hacia una realidad ideologizada de donde deriva el inicial fracaso de la Bauhaus y el rigor moral del primer racionalismo. El tema de la vivienda es afrontado por primera vez como un problema de masas mientras la ciudad es vista como un organismo que abarca todas las manifestaciones de vida. Las principales obras de este período son las más bellas de toda la arquitectura moderna. El racionalismo arquitectónico se transformó en estilo internacional, mientras el racionalismo se convirtió en el instrumento esencial de la planificación del territorio como lugar de socialización del trabajo.